Profesor de sumillería y experto en análisis sensorial, Francisco del Castillo es un gran especialista en dulces y generosos, vinos a los que de defiende desde argumentos sólidos. A principios de marzo de 2018, Paco del Castillo como le llama casi todo el mundo, ha estado en la Escuela de Catas de Alicante, donde ha presentado los vinos dulces y generosos, de los que tanto sabe y sobre todo, a los que tanto defiende, en la onceava edición del Curso Sumiller Profesional de la Cámara de Comercio de Alicante.
“Son elaboraciones, muy diferentes, vinos que están al margen de las modas, que tienen mucha calidad y que lamentablemente, el mercado no los tiene bien posicionados. En muchos casos son vinos de los mejores que hay en España y me gustaría que registrasen un poquito más de venta. El asunto es que a la gente le gusta pero si no lo demandan ellos no lo van a ofrecer”.
Dispuesto a hacer cuanto esté en su mano, Del Castillo forma a sumilleres y futuros sumilleres, consciente de que el sumiller es una figura con poder para contribuir a un mejor posicionamiento de estos vinos. “En estas sesiones de cata se descubren nuevas opciones para su disfrute. Yo planteo alternativas. No son vinos para tomar todos los días, pero de vez en cuando pueden funcionar bien”. Y al tiempo reivindica que las administraciones se impliquen en la defensa de estos vinos, apuntando ya decisiones en este sentido: “La Junta de Andalucía ya se han dado cuenta del valor que tienen estos vinos por toda la historia que guardan y van a luchar por ello. El año que viene hay un congreso en Madrid y van a estar representados todos los vinos tradicionales de Andalucía y yo creo que en Alicante también habría que difundir más este legado, porque aquí está el fondillón que es un vino histórico.
Y explica con suma claridad la dificultad que presentan: “no son rentables, ni para el restaurador, ni para la propia bodega. Ellos apuestan más por lo que les deja más beneficio. Esto lo hacen un poco por capricho y por prestigio. Como ocurre con el fondillón, que es el más emblemático de Alicante pero no es rentable”.
Y no se cansa de hacer llamadas a todos los agentes implicados para trabajar en su conservacion:
“Yo creo que habría que ponerlos en valor y hacer un trabajo conjunto de las instituciones (gobierno de la comunidad autonóma, porque forma parte del acervo cultural) con restauradores, docentes, prensa y que las autoridades que apoyen. Yo hablo como un romántico, como un defensor a ultranza de estos vinos desde hace 30 años, pero luego los resultados se ven poco a poco. A mi me gustaría que se vieran a zancadas”.
Termina sus declaraciones con palabras tan sentidas que son su mejor defensa:
“Son vinos que cuando los catas, algunos de ellos, más que vinos lo que catas es tiempo, cultura de una zona y hay pocos vinos en el mundo que transmiten tanto como estos. Vinos de de Jerez y de Montilla que no se deberían perder”.